martes, 6 de mayo de 2008

Mi bien... amada

Mi amor es válido, porque te amo igual que a mi dinero y eso es mucho. Es mucho dinero y es mucho amarte.
No te perdería, eres muy preciada para mí. Amo tus ojos verdes, verdes como el color del dinero. Cada vez que te veo siento el tintinear de las monedas al chocar unas con otras.
Es que realmente te amo, tanto como a mis autos y mis casas. El brillo de tus ojos que me recuerda los diamantes, tu sonrisa la plata, tu pelo el petróleo.
Si el Cielo estuviera en venta lo compraría para ti y luego lo venderíamos más caro y entonces te compraría todo el Universo y me sobraría dinero.
Y cuando no estás te extraño. Me siento perdido sin ti. Es como cuando no tengo dinero en mis bolsillos, siento el vacío, el desamparo, el fracaso.
Desde que te conocí, los amaneceres son increíbles y también los atardeceres. El color del cielo, rojo, amarillo, el sol redondo, imponente, más grande; ahhh... si yo fuera dueño del sol.
Me encantan las noches, porque puedo regalarte mil estrellas. Puedo escoger las mejores, las más grandes y luminosas. Me encanta regalarte las estrellas y me encanta que no me cuesten dinero.
Recuerdo los momentos en que te hablo al oído y te digo un secreto y tu también me dices uno y entonces es nuestro y nadie más lo sabrá nunca, nunca jamás, como el número de mi caja fuerte.
Eres mi tesoro más preciado. Cada vez que me miras me haces subir al cielo como si fuera el precio de las acciones, y cuando no te veo, decaigo como el dólar en los malos tiempos.
Tú le das valor a mi vida. Me haces ser más fino, con mejores terminaciones. Me adornas con tu sola presencia y me das un valor agregado. Como una obra de arte que sin firma no vale nada.
Vivir a tu lado sería el contrato más grande de mi vida. Me daría por completo a ti. Jamás te mentiría. Sabrías todo. No habría momento en que no fueras la persona por la que vivo y trabajo. La persona que conoce todos mis secretos, la que me cuenta todo. Serías mi compañera. Lo tuyo sería mío y lo mío tuyo. Compartiríamos nuestros intereses, nuestros sueños, sueldos y metas. Igual que un socio. Para llevar nuestra vida juntos, como una empresa rentable con grandes dividendos, con dos beneficiarios: tú y yo.
Amor no me dejes nunca. Sería mi ruina, la quiebra. Mi amor es válido, es de más de siete cifras. Es tanto que hasta a mí me cuesta imaginarlo.
Finalmente y hecho el balance, me he podido dar cuenta que no podría vivir sin ti. Eres la única mujer que he amado en mi vida. Eres la única que ha tenido algún valor para mí.

3 comentarios:

rodrigo dijo...

he disfrutado cada línea del texto vila. creo que lo leí con una sonrisa en mi cara de principio a fin, y no sé si es un autorretrato pero no es difícil pensar que así sea.

tiene buen ritmo, no es cursi y sentido del humor...

gran texto.

Gabriel Bunster dijo...

Buena otra vez!

esto me recuerda la distinción entre la experiencia y la interpretación de la experiencia.

Yo diría que el que habla de verdad ama a esa mujer, pero habla de ello como si fuera un valor de mercado. Tiene la cabeza chalada pero el corazón bien puesto.

Saludos.

Gabriel Sanhueza dijo...

Grande Vilaseca, valioso cuento.
Yo creo que alguien tan materialista como el descrito jamás podrá querer algo tanto como el cochino y vil billete.
Me gustó mucho, de principio a fin.